Veneno

La idea espacial parte de fusionar referencias de la tradición en la cocina y mixología mexicana (en particular las del Norte del país), las gamas tonales del desierto y el carácter de las haciendas.

En proyecto, se mezclaron tonos desérticos con los aplanados de tierra. Se hicieron pruebas haciendo variaciones en proporciones hasta llegar al balance entre color, texura, dureza y control de agrietamientos. A partir del tono logrado, se buscó continuar la monocromía en la madera, que con bordes suavizados y manteniendo su textura en cubiertas y mobiliario, emula las formas y tallas sencillas de los trabajos artesanales del noroeste.

El tono guía permanece en pisos, donde un estampado irregular acompaña texturas y relieves en muros.

Los muros bajos, con sus variaciones en alturas, funcionan como divisiones que generan ambientes independientes entre los grupos de mesas. Esos relieves, junto con sus aristas suavizadas, dan la idea que los muros nacieron de la misma tierra y han sido erosionados.

El área de fuegos en Cocina se vuelve el corazón del proyecto, hace homenaje a la cocina tradicional con leña, de horno de piedra o de pozo, y al estar visible a todos los comensales, transmite al espacio un paréntesis fuera de la cotidianidad, un estímulo de convivencia, como ha sucedido desde los primeros asentamientos rupestres.

En contraste a lo anterior, se propuso una retícula en plafón con información en relieves que pudiera ocultar las instalaciones necesarias en ese elemento. Ese plano, se homologa al resto de elementos por medio del color.

Dentro de este conjunto de planos se forma ese paréntesis contemplativo, donde los olores, colores, texturas, fuegos y tragos, hacen a todos los participantes (personal del lugar y comensales) parte de ese escenario donde se desarrolla la obra teatral 2 veces al día.

Un espacio esculpido en tierra que honra a animales y plantas nacidos de ella.

Ubicación:

Torre Mil Quinientos,
Guadalajara,
Jalisco. Mx

AÑO:​

2019

Área:

248 m²

Aspectos Técnicos

El revestimiento de barro generó el tono guía para el resto de los elementos. Se realizaron varias pruebas de rendimiento con diferentes proporciones de agregados para lograr la tonalidad, textura, dureza y resistencia deseada para el desierto. A continuación, se creó un color de pintura único para el techo y las puertas metálicas, y el patrón del piso se combinó con las texturas de las paredes. El techo de 1,200 piezas es una mezcla aleatoria de 9 módulos diferentes, que oculta las instalaciones necesarias.

Proceso de Diseño y Desarrollo

Un espacio tallado desde la tierra, honrando los sabores que emanan de ella. Paredes bajas con diferentes alturas funcionan como particiones, generando atmósferas únicas entre los grupos de mesas. El área de cocina se convierte en el corazón del proyecto, rindiendo homenaje a los métodos tradicionales de cocina con leña. El fuego como estímulo para pasar tiempo juntos, como lo hicieron los primeros habitantes de cuevas. El relieve del techo se asemeja a las ruinas de Paquimé mezcladas con abstracciones de elementos mecánicos.

Créditos y Participación

Proyecto: PRAGMA Estudio + Monteón Arquitectos Asociados

Construcción: PRAGMA Estudio + Monteón Arquitectos Asociados 

Ingenierías: Constructora Jacaranda, ICC

Cocina: Maquinox

Diseño Iluminación: Planar

Pastas: Punto Ligero

Carpintería: Marco Medel

Sillería: MADEC

Diseño / producción plafón: Lara Hermanos

Fotografía: César Béjar

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